Dirección Len
Wiseman
Guión Kevin
Grevioux/Len Wiseman/Danny McBride
Fotografía Tony Pierce-Roberts
Música Paul Haslinger
Producción Gary
Lucchesi/Tom Rosenberg/Richard S. Wright
Kate
Beckinsale
Scott
Speedman
Michael
Sheen
Shane
Brolly
Bill
Nighy
Sophia
Miles
Robbie
Gee
Wentworth
Miller
Erwin
Leder
Kevin Grevioux
En medio
de una guerra entre los aristocráticos vampiros y los salvajes licántropos que
dura siglos, Selene, una de las mejores guerreros del bando de los vampiros,
descubre una misteriosa conspiración a través de la cual un humano parece ser
la clave para inclinar la balanza de la confrontación hacía uno u otro contendiente.
Pero también se encontrará con que todo por lo que ha luchado durante
centenares de años se erige en una cruel
mentira.
Underworld
es un ejercicio de estiloso cine de acción camuflado bajo el aparentemente
original planteamiento de un enfrentamiento entre dos razas tan
cinematográficas como las de los vampiros y los hombres lobo pero que tras sus
capacidades técnicas que las tiene y que se manifiestan en una fotografía
nocturna de tonos azulados bien ubicada, un manejo solvente de las cámaras y
una estética al menos pasable, no puede ocultar un guion a medio trabajar y
lleno de fallos que lastran la propuesta hasta llevarla a la reiteración de
secuencias.
Y eso
que la película empieza con buen pie, el tiroteo en plena estación de metro en
hora punta es toda una declaración de intenciones, pero una vez se deja patente
el eje central de la trama empezamos a encontrar agujeros de guion que no
podemos dejar pasar por mucho que nos encontremos en un tipo de cine evasivo en
el cual pesa más el cómo que el qué. A saber, el leit motive de la guerra entre
clanes que se desvela en el tramo final es simplista, la forma en que Selene va
encontrándose con las respuestas a todas sus preguntas apuesta por la vía fácil
y los supuestos giros sorpresivos de alianzas, traiciones y secretos van siendo
descubiertos de las maneras más absurdas y forzadas. Y eso si nos fijamos en
los temas centrales de la película, ya que podemos ponernos exquisitos y
plantearnos cuestiones como la de una vez presentada la citada secuencia de
apertura en el metro donde si aparecen decenas de extras, no volvemos a ver ni
en las persecuciones automovilísticas (que hay varias) ni en el resto de escenas rodadas en exteriores un solo indicio de vida en
la ciudad. Tampoco entendemos como el personaje de Michael no es apresado ni
por vampiros ni por hombres lobo en ninguno de sus intentos, eso a pesar de
estar tratando con razas evidentemente superiores en destreza, fuerza y
agilidad al ser humano. De hecho es finalmente Michael el que se traslada
voluntariamente a la guarida de los vampiros para poder entrevistarse con
Selene y hacer avanzar la historia. Esta dejadez en un tratamiento más cuidado
de lo que sería la escritura de base provoca que la película nos deje con la
agridulce sensación de haber podido ser mucho mejor de haberse limado estas
asperezas en su guion, ofreciendo un esmero en la planificación visual de las secuencias
de las que carece el área narrativa.
Otro
error que deviene de esta simplicidad a la hora de abordar la historia es que
los personajes principales están igualmente desdibujados. Selene, sin duda lo
mejor de la película gracias a la belleza de una Kate Beckinsale embutida en
cuero que se ha convertido en el mejor reclamo de la saga que vendría después,
está plasmada con apenas unos trazos que se contradicen entre ellos, primero
como una guerrera que se limita a obedecer órdenes para rápidamente pasar a ser
una anárquica en su forma de trabajar. Su fijación por el personaje de Michael
y la atracción entre ambos es un tópico facilón que no tiene sentido en
Underworld. Y es Michael, personaje vital y que provoca toda la historia que se
cuenta en el film, el peor retratado en buena parte por la apatía del actor que
lo encarna, un Scott Speedman tal vez contagiado de la ñoñería de la serie
Felicity (1998-2002) de la que formó parte. En ningún momento es creíble, su
forma de abordar todo ese maremagno que está sufriendo en apenas unos días está
plasmado desde la aceptación sin más de su nueva vida, le falta garra y
carisma. Además todo ello se remata con una transformación final que desilusiona
por su vagueza y resultado, máxime en una nueva criatura que podría haberse
trabajado más y mejor a nivel conceptual. Junto a Beckinsale y Speedman un
grupo de secundarios a medio gas y poco creíbles con un dirigente por pare del bando vampiro que en ningún
momento impone respeto, un líder licántropo que tras unos inicios prometedores muere de la forma más sencilla, banal y poco impactante posible, y un
resucitado y poderoso vampiro que igualmente parece va a ofrecer mucho y
queda igualmente a medias. Todo esto provoca la ausencia de clímax en las diferentes secuencias de acción, ya que las
supuestas dificultades a las que son sometidos los protagonistas son
solventadas con demasiada sencillez.
Se
descubre de esta manera como una prometedora historia de base y un presupuesto
suficiente para llevar a buen puerto el universo visual que en esta se dibujaba
queda convertido en un espectáculo pirotécnico en el cual la carga explota en
sordas tracas que en ningún momento nos dejan con la boca abierta, algo
posiblemente achacable a Len Wiseman, director que se estrenó precisamente con
Underworld y que tanto en el título que nos ocupa como en posteriores trabajos
se definiría como un realizador con capacidad técnica pero sin chispa, como
atestiguan sus contribuciones cinematográficas con títulos como La jungla 4.0
(2007) o el remake Desafío total (2012). Aún y todo el éxito de la película,
que recaudaría casi cien millones de dólares, provocaría el nacimiento de una
longeva saga de títulos cortados por el mismo patrón. Al menos Kate Beckinsale
sacaría buen provecho de esta cinta que la encumbraría como una de las heroínas
del nuevo cine de acción comandado por mujeres, amén de facilitarle una
relación sentimental con el director de la cinta que acabaría en boda y por
quien dejaría a su hasta entonces compañero sentimental, curiosamente Michael
Sheen, quien interpreta a Lucian, jefe de los hombres lobo, en la película. Se ve que ya sacaron las
garras durante el propio rodaje de Underworld.
Henry Jeckyll















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