Guión James Gunn
Fotografía Mathew F.Leonetti
Música Tyler
Bates
Producción Richard
P. Rubinstein/Marc Abraham/Eric Newman
Sarah Polley
Ving Rhames
Jake Weber
Mekhi Phifer
Ty Burrell
Michael Kelly
Kevin Zegers
Lindy Booth
Inna Korobkina
Bruce Bohne
Matt
Frewer
Ana,
enfermera de un hospital de Milwaukee despierta en la mañana tras una tarde de
trabajo ciertamente caótica tras lo que padece un estallido de ataques
indiscriminados entre la población. Su vecina, una niña de unos doce años, se
encuentra en el quicio de la puerta de su habitación abalanzándose
inesperadamente sobre su marido a quien secciona la garganta de un brutal
mordisco. Este fallece entre estertores de sangre segundos más tarde para inmediatamente volver a la vida tratando de
atacar a su mujer como instantes atrás acababa de hacer la niña consigo mismo.
Cuándo la mujer logra escapar de su hogar se encuentra con unas calles sumidas
en la muerte y el caos. Las personas se atacan entre ellas en un maremagno de
explosiones, muertes y accidentes de tráfico.
Excelente
carta de presentación de Zack Snyder que debutó con un remake del clásico de George
A. Romero Zombie (1978) con capacidad para desmarcarse rápidamente de su fuente
de inspiración tomando su propio camino, convirtiéndose por méritos propios en
piedra angular del sub género zombie del nuevo milenio y cuyo éxito
desembocaría en toda una eclosión de
cine, literatura y moda por lo zombie que hoy en día aún perdura.
La cinta
se inicia con un prologo brutal que finaliza con una secuencia que sería mil
veces imitada con posterioridad (¿verdad Paul W. Anderson?) y que muestra con
total acierto como sería un brote zombie en un pequeño barrio residencial de
clase media con el caos, la muerte, el terror y la sorpresa tomando las calles.
Llegamos de esta manera y tras únicamente cinco minutos de metraje a situar al
espectador en medio de la acción para ser testigos de unos excelentes títulos
de crédito, una especie de prueba de lo que el propio Snyder sería capaz de
mostrar años más tarde en esa joya que son los títulos de crédito iniciales de
Watchmen (2009). Inmediatamente se presenta a varios de los personajes centrales
de la trama para trasladarlos al centro comercial donde se desarrolla el grueso
de la película, ubicación que en realidad es el único nexo de unión con la aclamada
cinta de Romero filmada casi treinta años antes. Y ahí acaban todos los paralelismos entre
ambas películas (amén de los títulos en ingles de ambas cintas y constantes
guiños al original repartidos en la cinta de Snyder que merece la pena rebuscar
a lo largo de la historia). A partir de ese momento el guion de James Gunn
indaga en una apuesta por el terror, cierto trabajo de personajes, algo que se
agradece ante la habitual vacuidad de los protagonistas en este tipo de cine, y
unas señas de identidad propias que parten por mostrar unos zombies con unos
maquillajes sobresalientes y que sustituyen las maneras lentas y torpes de las
criaturas dadas a conocer por Romero en su saga cinematográfica por zombies
ágiles, rápidos y con más fuerza que sus antecesores. Si bien hay que remarcar
que fue Danny Boyle en 28 días después (2002) el primero en presentarnos abiertamente
esta tipología de infectados (aunque hay presencias anteriores de este tipo de
infectado), fue el éxito comercial de Amanecer de los muertos quien consagro a
esta nueva especie que ofrecía mayor peligro y por lo tanto la posibilidad de
resultar más aterradores que sus antecesores.
La película
cuenta con una narrativa perfectamente manejada a lo largo de su hora y tres
cuartos que mantiene constantemente la atención sobre lo que está sucediendo en
pantalla. Se presentan de esta manera varias líneas argumentales secundarias
como el embarazo y posterior parto de Luda o la supervivencia de Andy en la armería
ubicada frente al centro comercial en el que se ocultan los protagonistas. A
esto se une un tratamiento coral del protagonismo que permite que bastantes de
los personajes, no todos ciertamente, que pueblan la cinta disfruten de cierto
desarrollo dramático. Snyder tiene la suerte de contar además con actores con
recursos suficientes para no convertirse en mera carne de cañón de quienes en
muchas ocasiones se erigen en los verdaderos protagonistas de películas de este
tipo, los zombies. Sarah Poley encarna con convicción el papel de heroína a la
fuerza. Junto a ella un Jake Weber conocido especialmente por su papel de
abnegado marido de Patricia Arquette en la entretenida serie de televisión
Medium (¿cuántas horas dormirá esta pareja televisiva del tirón ante los
recurrentes sueños de Alison y las llamadas telefónicas a horas intempestivas?).
Estos dos personajes vivirán una relación sentimental que, hay que señalarlo,
resulta forzada e innecesaria. Tanto ella como el acaban de perder a sus respectivas
familias y no se entiende que en apenas unas semanas tengan la necesidad, y
menos en una situación como la que están viviendo, de iniciar un romance. Más
entendible son los encuentros sexuales entre los personajes de Steve y Mónica,
limitados a servir de evasión ante la situación que viven los protagonistas. También
nos encontramos a un habitual del género como Ving Rhames haciendo de Ving Rhames
y varios secundarios solventes entre los que destacan el guarda de seguridad mezquino
reconvertido en héroe, el canalla egocéntrico que tiene su merecido final o la
breve pero contundente aparición de Matt Frewer como un superviviente herido
por un mordisco que posibilita un debate ético sobre el asesinato preventivo o
no de un ser humano.
En el
terreno de los efectos especiales podemos disfrutar tal como apuntábamos con
anterioridad de un excelso maquillaje que va más allá del tratamiento de los rostros
de los cadáveres resucitados encontrando todo un recital de criaturas de todo
tipo, a medio consumir, cadáveres más frescos, amputados… por lo que hay que
elogiar el trabajo de los responsables del área de maquillaje por un arduo
trabajo que pasaba por trabajar con centenares de extras. Otro de los aspectos
destacables es el trabajo de los efectos mecánicos y físicos frente al uso abusivo
de la tecnología infográfica a la hora de resolver las situaciones más
impactantes a nivel visual, y eso que estamos hablando de Zack “croma” Snyder.
Si bien nos encontramos con alguna secuencia que ha optado por el uso del
ordenador para abordar su resolución, y que curiosamente son las que más evidencian
su artificialidad, en la mayoría de impactos, detonaciones y amputaciones se ha
optado por utilizar efectos mecánicos de la antigua escuela, como demuestra la
secuencia en la que los supervivientes del centro comercial juegan con Andy a
buscar parecidos entre la horda de zombies ubicada en el solar del parking para
volarles la cabeza. Se demuestra en este caso que es mucho más efectivo y
efectista el uso de detonaciones controladas bajo el maquillaje de los actores
que la utilización de efectos de infografía aplicados al negativo para simular
los estallidos de los cráneos.
Uno de
los elementos que llama la atención de Amanecer de los muertos es su acabado
lleno de detalles y ese evidente cariño hacía el producto final, como certifican
la aparición de Tom Savini, maestro de
los efectos especiales y responsable de este campo en Zombie, haciendo el papel
de sheriff visto por la televisión y que da las pautas para acabar con los
zombies disparándoles en la cabeza. Savini ha conjugado su trabajo detrás de
las cámaras con una creciente participación como actor donde en la mayoría de
ocasiones interpreta un papel ocasional, un guiño al aficionado, aunque también
es cierto que ha trabajado en papeles de mayor peso en títulos como Abierto
hasta el amanecer (1996), Los hijos de los muertos vivientes (2001) o Machete
(2010) por indicar unos pocos ejemplos. Además de Savini es ineludible citar la
aparición de Ken Foree, uno de los protagonistas de la película de Romero, como
telepredicador, quien nos brinda además un par de frases de cabecera de la
película, la celebrada “Cuándo no haya
más sitio en el infierno los muertos caminarán sobre la tierra” y la menos
conocida pero igual de impactante “¿Cómo
creíais que os juzgaría nuestro Dios? Bien, ahora ya lo sabéis”. Otro
factor donde se vislumbra el cariño con el que se ha tratado la cinta es lo
trabajado de sus títulos de crédito iniciales y finales, ofreciendo al espectador
un trabajo cuidado a nivel técnico de principio a fin. Además, donde muchas
películas empiezan con fuerza en su parte inicial para ir desinflándose
conforme avanza el metraje, Amanecer de los muertos mantiene una constante
tensión y la inclusión de espectaculares secuencias a cada momento que alternan
a la perfección con momentos más evasivos y que tienden a mostrar las propias
relaciones personales de los protagonistas ante la terrible situación que les
ha tocado vivir. Por último añadir como ya indicábamos con antelación la
multitud de pequeños homenajes al título de 1979 insertados en la película y
que evidencian un cariño y respeto hacía el original fuera de toda duda.
Amanecer
de los muertos se erige de esta manera con sus virtudes y defectos, que alguno
tiene, como la aparición de personajes nada desarrollados o la inclusión de la
cámara lenta en determinados momentos de acción que frenan su impacto visual,
en la punta de lanza del sub género zombie del segundo milenio, marcándose como
referencia a la hora de abordar nuevos proyectos sobre el tema y siendo
responsables, para bien o para mal, de la ola zombie que ha invadido todos los
campos del entretenimiento, pasando de ser un sub género marginal a toda una
marca de primera línea, así lo demuestran blockbusters como Guerra Mundial Z
(2013) o series para televisión del calado de Walking Dead (2010-¿?). Una
recomendación, háganse con el DVD con la versión del director, contiene escenas
que no se vieron en cines que merecen la pena y que engrandecen la versión
final. Obra obligada para todo amante de la carne putrefacta y los mordiscos
infectados. Y no lo olviden, disparen a la cabeza.
Henry Jeckyll
Henry Jeckyll














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