2001 MANIACOS


(2001 maniacs, 2005) 87´
Dirección               Tim Sullivan
Guión                    Chris Kobin/Tim Sullivan
Fotografía             Steve Adcock
Música                   Nathan Barr
Producción           Brett W. Nemeroff/Eli Roth/
                               Scott Spiegel/Christopher Tuffin/
                               Boaz Yakin

Robert Englund
Lin Shaye
Jay Gillespie
Marla Malcolm
Matthew Carey
Dylan Edrington
Brian Gross
Mushond Lee
Gina Marie Hekin
Bianca Smith
Giuseppe Andrews
Adam Robitel
Brendan McCarthy
Christa Campbell


Tres estudiantes que suman una neurona entre todos realizan un viaje en coche. Toman un desvío en lo que es un giro argumental sin precedentes en el género que les lleva hasta una pequeña localidad llamada Pleasant Valley donde están celebrando las fiestas del pueblo. No tienen muchas ganas de quedarse ya que el sitio da bastante mal rollo pero cuando descubren que algunas de las mujeres del lugar son esculturales jovencitas con mucho interés por conocerlos deciden hacer un parón en el lugar, son adolescentes, ¿qué esperabais? Inmediatamente después hacen su aparición otro coche con tres nuevos ocupantes y una moto con piloto y copiloto, más que nada por aquello de sumar víctimas a las que destripar. Además, ninguno de los viajeros es un grupo de pensionistas del imserso, cumpliéndose la norma no escrita de que los protagonistas han de ser atractivos jóvenes con la líbido a nivel de rebosamiento.


Repasemos un poco de historia del cine más hediondo. Hershell Gordon Lewis es conocido por el aficionado al tema con el apelativo de “padre del gore”, ya que este avispado director vio como con sus películas, centradas en eso de enseñar carne femenina para atraer a los espectadores a las salas, ya no hacía el taquillaje de antaño por aquello de que ya no era la novedad y la sociedad comenzaba a acostumbrarse a  ver tetas y culos en pantalla. Es por eso que decidió ir un paso más allá y pensó en captar la atención del público más depravado, aquel que hasta no mucho veía sus películas por aquello de ver un poco de chicha, mostrando secuencias brutales donde la sangre y la violencia explícita fueran el eje central. Así, con tramas básicas, más que nada una excusa para rodar lo que realmente le interesaba, podía mostrar todo un recital de decapitaciones, aplastamientos, evisceraciones… Uno de estos títulos era 2000 maniacos (1964) a la que este título lleno de nombre conocidos en el género (luego haremos un breve repaso) sirve de remake.

Y vale, la película está bien, es entretenida y te ríes un rato con ese humor tan negro que tiene, pero choca que las secuencias más salvajes tampoco sean tan espectaculares. El gore es bastante cantoso, por no hablar de esas cabezas utilizadas de manera repetitiva que prácticamente ni se asemejan a los rostros de los actores a los que simulan. Hay que dar un tirón de orejas a los responsables de este campo, amigos, estamos haciendo un remake de una de las primeras obras abiertamente gore de la historia a del cine, no podemos quedarnos a medias en ese sentido.  De hecho si ponemos en una balanza ambos títulos, la cinta de 1964, que vale vista hoy en día puede resultar un poco ligerita, es sin embargo en su contexto mucho más brutal que el título presente. Quizás tenga que ver con que a día de hoy hasta las series de dibujos animados más ñoñas tienen una carga de mala leche que nos ha inmunizado un poco, pero no me sirve, si tu película versa sobre un título del creador a gran escala del cine gore, de eso tiene que haber y en cantidades ingentes. Muertes hay y bastantes, haré un repaso mental de estas: una chica en constante estado de celo es atada por sus extremidades inferiores y superiores a cuatro caballos ubicados en direcciones opuestas y que al chasquido de un látigo desmontan a la muchacha cual mister potato, uno de los tres protagonistas (posiblemente el que no aportara nada a la neurona que sumaban entre todos) ingiere un whisky casero que literalmente le deshace el estómago, otra sufre un campanazo en toda la jeta, al miembro bisexual de la pandilla le ensartan una pica por el trasero para que salga por la boca como si de un jabalí de los tebeos de Asterix y Obelix se tratara, el intelectual (vaya digo esto porque lleva gafas pero es bastante inútil también) sufre la amputación de sus partes por una fan del personaje de Jaws aparecido en un par de títulos de la saga de James Bond y el negro de la historia sufre un aplastamiento por una enorme piedra que hace que sus ojos salgan cada uno por un sitio de paseo. Eso por no hablar de la escena de cierre que es un poco cortante. Y vale, visto así puede parecer mucho gore pero la forma en que están rodadas y montadas estas escenas hace que sus efectos sean bastante simples. Pongo un ejemplo pro aquello que siempre estará el listo que diga “qué fácil es criticar”. Fíjense en el momento en que uno de nuestros incautos viajeros está tomando un líquido de preparación casera a manos de una exuberante  y un poco desnuda joven. A nada que se fijen notaran el maquillaje bajo la garganta del actor, colocado bastante a granel y sin disimularlo demasiado. Hay que cuidar esas cosas, más en la era del DVD y el BlueRay que todo se ve.

Por eso de intentar despistarnos de estos errores en los trucajes, el director, avispado y tomando buena nota de su mentor Gordon Lewis crea un momento en que nos satura de desnudos femeninos (bueno también enseña un trasero masculino entiendo que por aquello de la paridad), con lo que trata de despistarnos a la hora que evaluemos con rigor y seriedad un título como el que nos ocupa, por aquello de pensar, tetas y sangre, genial. Pues no, en este caso en concreto no me he dejado seducir por este por otra parte interesante uso cinematográfico de las mujeres, y pillada la jugada incluso me ha cabreado más.

Para finalizar llega el momento como había apuntado al comienzo del texto, de citar varios de los nombres dentro del terror que podemos encontrar, tanto delante como detrás de las cámaras. Eli Roth, el nuevo enfant terrible del género y autor de las conocidas Cabin Fever (2202) o Hostel (2005), además de autor ocasional en bastantes títulos este incluido, Scott Spiegel, amigo de Sam Raimi y el propio Eli Roth y director de secuelas de sagas como Abierto hasta el amanecer o Hostel, , Kane Hooder, el Jason Voorhees más conocido y mejor interpretado, Lin Shaye, hermana del productor Robert Shaye (padre de la saga cinematográfica de Pesadilla en Elm Street) y actriz en títulos como Critters (1986), Dead end (2003) o Insiduos (2010) entre un largo etcétera. Por último tenemos a Robert Englund, de quien no voy a hablar porque quien lea esto y no lo conozca merece un collejón cuasi mortal.

Pues eso, quien quiera ver gore, tetas y chistes sobre la guerra de secesión, disfrutara como un enano de este título (al menos en un primer visionado, a mi al menos me paso, ha perdido fuerza conforme la he revisitado). Quien espere un homenaje digno a un tío que hacía películas bastante penosas pero que es el responsable de la creación del gore como género dentro del cine, pues eso, haber tirado de chequera y contratado a la gente de KNB o Screamig Mad George, entonces si nos habríamos jartado de escenas brutales bien hechas. Mientras tanto, a disfrutar del plantel de actrices y de Robert Englund, quien como decía la canción de Modestia Aparte “todo lo hace bien”.

Edward Hyde

















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